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CHACINADOS Y EMBUTIDOS


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TÍTULO DEL TRABAJO "TPCH3"


CLASE 3


Elaboración de Chacinados Frescos y Cocidos


1. Salchichas Frescas

Las salchichas frescas son uno de los chacinados más populares y versátiles. Su elaboración es una excelente manera de comprender los fundamentos de la mezcla de carnes, grasas y especias, así como el proceso de embutido. A diferencia de los embutidos curados, las salchichas frescas no pasan por un proceso de maduración prolongado y deben ser cocinadas antes de su consumo.

Tipos:

Salchicha Parrillera: Este es un tipo clásico, conocido por su sabor robusto y su textura algo más gruesa. Es ideal para la parrilla o la plancha, donde desarrolla una costra deliciosa. Sus ingredientes suelen ser carne de cerdo y panceta o tocino, con un condimentado que realza el sabor de la carne.

Salchicha de Cerdo (Tipo Casera): Un término más general que abarca una amplia variedad de salchichas frescas hechas principalmente con carne de cerdo y grasa, pero con perfiles de sabor que pueden variar enormemente según las especias utilizadas (ajo, pimentón, orégano, etc.). Son muy adaptables a diversas preparaciones culinarias.

Chorizo Fresco: Un clásico de la gastronomía, con un picado de carne más grueso y un sabor intenso dado por el pimentón (dulce o picante), el ajo y, a menudo, vino. Es un emblema de la cocina a la brasa.

Recetas y Proporciones:

Balance Carne/Grasa: Para una salchicha jugosa y sabrosa, la proporción ideal de grasa suele oscilar entre el 20% y el 30% del peso total de la carne. Menos grasa puede resultar en una salchicha seca, mientras que demasiada puede hacerla pesada y aceitosa. Se utilizan cortes como paleta de cerdo, pernil (magros) combinados con panceta o papada de cerdo (grasos).

Salazón: La sal es crucial para el sabor y para ayudar a la ligazón de la masa. La proporción habitual es de 18 a 22 gramos de sal por kilogramo de masa, aunque esto puede ajustarse al gusto y al tipo de sal (fina o gruesa).

Especias y Condimentos: Aquí es donde la creatividad del chef entra en juego.

Fundamentales: Pimienta negra recién molida es casi obligatoria. El ajo (fresco o en polvo) aporta un aroma característico.

Comunes: Pimentón (dulce para color y sabor, picante para un toque audaz), orégano, nuez moscada, comino, ají molido.

Líquidos: Vino blanco, vino tinto o incluso un poco de agua helada pueden usarse para hidratar la mezcla y facilitar el embutido, además de aportar sabor.

Ejemplo de Proporciones Básicas (por kg de masa):

700−800 g de carne de cerdo magra (paleta/pernil)

200−300 g de panceta o tocino

18−22 g de sal

2−4 g de pimienta negra

3−5 g de ajo picado o en polvo

5−10 g de pimentón (al gusto)

50−80 ml de vino blanco/agua helada (opcional)

Proceso:

Picado: La carne y la grasa se deben picar utilizando el disco adecuado de la picadora. Para salchichas frescas, generalmente se usa un disco mediano (ej., 6 mm u 8 mm) para obtener una textura jugosa y perceptible. Es crucial que la carne y la grasa estén bien frías antes de picar para evitar que la grasa se "embarre" y la mezcla pierda textura.

Condimentado y Mezclado: Una vez picada, la carne y la grasa se colocan en un recipiente grande. Se añaden la sal y todas las especias. El mezclado es vital: debe ser enérgico y prolongado (manual o con amasadora) hasta que la masa se vuelva homogénea y desarrolle una textura pegajosa (esto indica que las proteínas de la carne han empezado a ligar, creando la emulsión primaria). Un buen mezclado evita que la grasa se separe durante la cocción. Si se usa líquido, se añade gradualmente durante el mezclado.

Embutido: La masa preparada se introduce en la embutidora. Se selecciona la boquilla adecuada para el calibre de tripa deseado. La tripa (natural o artificial) se coloca en la boquilla y se desliza la masa de manera uniforme, evitando burbujas de aire y asegurando que la salchicha quede bien compacta. No hay que sobrellenar la tripa para evitar que explote al cocinar.

Atado: Una vez embutida toda la masa, la tira larga de salchicha se ata o se retuerce a intervalos regulares para formar las porciones individuales. Esto se puede hacer manualmente o con una atadora. Es importante asegurarse de que los nudos sean firmes.

Cocción y Conservación:

Cocción: Las salchichas frescas siempre deben cocinarse completamente antes de consumirse. Pueden ser asadas a la parrilla, fritas en sartén, horneadas o cocidas. La temperatura interna segura para el cerdo es de 71C (160F).

Refrigeración: Las salchichas frescas sin cocinar tienen una vida útil limitada en el refrigerador (aproximadamente 2−3 días) debido a su alto contenido de humedad y la falta de procesos de conservación a largo plazo. Deben almacenarse en un recipiente hermético.

Congelación: Para una conservación más prolongada, las salchichas frescas se pueden congelar por hasta 2−3 meses. Es recomendable envasarlas al vacío o en bolsas aptas para congelación para evitar la quemadura por frío.


Chorizos Frescos


Los chorizos frescos son un pilar de muchas gastronomías, especialmente en las regiones con una fuerte tradición porcina. Se distinguen de las salchichas frescas por su picado más grueso, su perfil de sabor intenso, a menudo dominado por el pimentón y el ajo, y su versatilidad para ser cocinados de diversas maneras. Este punto profundizará en su elaboración, destacando las particularidades que los hacen únicos.

Tipos:

Chorizo Criollo: Este es el chorizo fresco más icónico y difundido, especialmente para asados. Se caracteriza por un picado generalmente más grueso que las salchichas, lo que le otorga una textura más rústica y jugosa. Su sabor es potente, con predominio de ajo, pimienta y a veces orégano o ají molido. Es ideal para la parrilla, donde su grasa se funde, infundiendo sabor y manteniendo la jugosidad de la carne.

Chorizo Colorado (Fresco para Cocinar): Si bien comparte similitudes con el chorizo criollo, el "chorizo colorado" fresco se distingue por la adición generosa de pimentón (dulce o picante) que le confiere su característico color rojizo. Este pimentón no solo aporta color, sino también un sabor ahumado y dulce que lo hace excepcional para guisos, paellas y otras cocciones lentas donde su sabor se integra en el plato.

Recetas y Variantes:

Balance Carne/Grasa: Al igual que en las salchichas frescas, el balance es vital. Una proporción común para chorizos frescos es de 70% carne magra de cerdo (paleta, pernil) y 30% grasa de cerdo (panceta o papada). Esta proporción asegura jugosidad sin ser excesivamente graso al cocinar.

Salazón: La sal se mantiene en rangos similares a las salchichas: entre 18 y 22 gramos por kilogramo de masa. La sal de cura (nitritos) no se utiliza comúnmente en chorizos frescos que no se van a curar, ya que su función principal es para la estabilidad del color y la inhibición bacteriana en productos de maduración.

Especias y Condimentos Clave:

Ajo: Es un componente fundamental, aportando un sabor picante y aromático. Puede usarse fresco y picado finamente, o en polvo.

Pimentón: La estrella del chorizo. Se utiliza pimentón dulce para el color y un sabor suave, y pimentón picante para un toque de calor. La cantidad varía según el gusto, pero es esencial para el perfil del chorizo colorado.

Pimienta Negra: Indispensable, recién molida para maximizar el aroma.

Orégano: Un clásico en el chorizo criollo, aporta notas herbáceas.

Ají Molido/Pimienta Cayena: Para quienes prefieren un toque picante.

Líquidos: Vino tinto o vino blanco (en algunas recetas) no solo aportan sabor y aroma, sino que también ayudan a hidratar la masa y facilitar el embutido. El agua helada es una alternativa.

Ejemplo de Proporciones Básicas (por kg de masa):

700 g de carne de cerdo magra

300 g de panceta o tocino

20 g de sal

3−5 g de pimienta negra molida

5−10 g de ajo picado o en polvo

15−25 g de pimentón dulce (ajustar al gusto y tipo de chorizo)

5−10 g de orégano (opcional, para criollo)

50−100 ml de vino tinto o agua helada

Proceso:

Picado Grueso: A diferencia de muchas salchichas, para los chorizos frescos se suele usar un disco de picado más grande (ej., 8 mm o 10 mm). Esto confiere al chorizo su textura característica, con trozos de carne y grasa más discernibles. Nuevamente, la carne y la grasa deben estar muy frías.

Condimentado y Amasado: La carne y la grasa picadas se combinan con la sal, las especias y el líquido. El amasado es un paso crítico: debe ser manual o mecánico y lo suficientemente prolongado hasta que la masa se vuelva pegajosa, indicando que las proteínas han ligado y la grasa se ha emulsionado parcialmente. Un buen amasado garantiza que el chorizo no se desmorone al cocinar y retenga sus jugos. Se debe probar la sazón de una pequeña porción cocida antes de embutir, ajustando si es necesario.

Embutido: La masa se introduce en la embutidora con una boquilla de calibre adecuado (generalmente tripas de cerdo de calibre grueso, entre 32−38 mm). Se debe embutir de manera uniforme, evitando burbujas de aire que podrían causar problemas durante la cocción. La presión al embutir debe ser firme, pero sin rellenar excesivamente para evitar el riesgo de ruptura.

Atado en Herradura o por Unidad: Una vez embutida la tripa, se forma la tradicional "herradura" (un círculo cerrado) o se atan/retuercen las porciones individuales. Para la herradura, se presiona la tripa embutida formando el círculo y se atan los extremos. Para unidades, se retuerce la tripa cada 10−15 cm y se atan los extremos si es necesario.

Cocción y Conservación:

Cocción: Los chorizos frescos deben cocinarse completamente antes de su consumo. Son ideales para la parrilla, la plancha, el horno o para integrar en guisos y potajes. Durante la cocción, es recomendable pincharlos ligeramente para que la grasa se escurra y no exploten. La temperatura interna debe alcanzar al menos 71C (160F).

Refrigeración: Los chorizos frescos tienen una vida útil limitada en refrigeración (aproximadamente 3−4 días) debido a su contenido de humedad y la ausencia de agentes de curado a largo plazo. Deben guardarse en un recipiente hermético para evitar la contaminación cruzada.

Congelación: Para una conservación más prolongada, pueden congelarse por hasta 2−3 meses. Se recomienda envasar al vacío o en bolsas de congelación para mantener la calidad y evitar la deshidratación por frío.


Morcillas


Las morcillas son un chacinado único y ancestral, valorado por su sabor intenso y su textura particular. A diferencia de otros embutidos, su ingrediente principal es la sangre, generalmente de cerdo, combinada con grasas, cereales o vegetales y especias. Su elaboración es un arte delicado que requiere precisión y un estricto control de la higiene.

Tipos:

Morcilla Salada (Tradicional): Este es el tipo más común y versátil. Su composición se basa en sangre, grasa (tocino o panceta), y a menudo cebolla y arroz (previamente cocido) o miga de pan para dar cuerpo y absorber la humedad. El condimentado incluye sal, pimienta, y especias como orégano, comino, y a veces clavo de olor o nuez moscada. Es la morcilla que se consume a la parrilla, frita o integrada en guisos.

Morcilla Dulce: Una variante menos común pero muy apreciada en algunas regiones. Se diferencia por la adición de ingredientes dulces como pasas de uva, azúcar, piñones o incluso manzana, combinados con especias como canela y clavo. Esta morcilla ofrece un contraste interesante entre lo salado de la sangre y lo dulce de sus agregados, ideal para un paladar más aventurero o como parte de preparaciones específicas.

Ingredientes Clave:

Sangre: Principalmente sangre de cerdo fresca, a la que se le añade un anticoagulante (tradicionalmente sal o vinagre en pequeñas cantidades) inmediatamente después de su recolección para evitar que se coagule. La calidad y frescura de la sangre son primordiales para la seguridad y el sabor.

Tocino/Panceta: La grasa es esencial para la textura y la jugosidad. Generalmente se utiliza tocino de cerdo fresco o panceta, cortados en cubos pequeños o picados, para aportar untuosidad y suavidad.

Cebolla: Aportan sabor y aroma característicos. Se suelen picar finamente y saltear o blanquear ligeramente antes de añadir a la mezcla.

Cereales/Legumbres/Pan:

Arroz: Muy común, se cocina previamente hasta que esté al dente o ligeramente pasado. Aporta volumen y absorbe líquidos, dando una textura más compacta a la morcilla.

Miga de Pan: Otra opción para ligar y dar cuerpo, especialmente en morcillas más rústicas.

Cebolla de Verdeo / Puerro: Aportan frescura y un toque aromático adicional.

Especias: La mezcla de especias es crucial para el perfil de sabor. Incluyen sal, pimienta negra (recién molida es preferible), orégano, comino, y opcionalmente nuez moscada, clavo, ají molido, pimentón, o canela y pasas si es morcilla dulce.

Proceso:

Preparación de la Sangre: La sangre fresca debe ser tratada inmediatamente. Si es necesario, se cuela finamente para eliminar cualquier impureza o coágulo. Se le puede añadir una pequeña cantidad de sal o vinagre para asegurar que permanezca líquida hasta su uso.

Preparación de Otros Ingredientes:

El tocino o la panceta se pican en cubos pequeños o se procesan ligeramente.

La cebolla se pica finamente y se saltea hasta que esté transparente o blanqueada, para suavizar su sabor y asegurar una cocción uniforme.

El arroz se cocina previamente y se enfría.

Las especias se miden y se preparan.

Elaboración de la Mezcla: En un recipiente grande, se combinan todos los ingredientes sólidos (tocino, cebolla, arroz, especias). Luego, se vierte la sangre gradualmente mientras se mezcla vigorosamente (manualmente o con amasadora) hasta obtener una masa homogénea y sin grumos. Es crucial asegurar una distribución uniforme de todos los ingredientes.

Embutido: La mezcla se introduce cuidadosamente en la embutidora. Se utilizan tripas naturales de cerdo (generalmente de calibre grueso, 32−40 mm) o a veces tripas artificiales aptas para cocción. Se embuten de forma compacta, evitando burbujas de aire, pero sin exceso de presión para que no revienten durante la cocción.

Cocción (Escaldado): Este es un paso crítico y diferencial para las morcillas. Las morcillas embutidas se sumergen cuidadosamente en agua caliente (no hirviendo, entre 80C y 90C / 175F y 195F). Se cocinan a fuego lento hasta que alcanzan una temperatura interna segura (alrededor de 70C / 158F) y la sangre se ha coagulado completamente, lo que se verifica al pinchar una morcilla y ver que el líquido que sale es transparente. Un hervor fuerte o una cocción excesiva pueden hacer que las morcillas revienten o pierdan textura.

Enfriamiento: Una vez cocidas, las morcillas se retiran del agua caliente y se enfrían rápidamente en agua helada para detener la cocción, fijar el color y evitar el desarrollo bacteriano.

Conservación:

Refrigeración: Las morcillas cocidas tienen una vida útil más prolongada que los chacinados frescos crudos, pero aún requieren refrigeración. Pueden conservarse en el refrigerador durante 5−7 días en un recipiente hermético.

Congelación: Para una conservación a largo plazo, las morcillas se pueden congelar por hasta 2−3 meses. Es aconsejable envasarlas al vacío o en bolsas aptas para congelación para preservar su calidad.


 Pancetas y Tocinos Frescos


Las pancetas y los tocinos frescos son piezas de cerdo que, aunque no son embutidos en el sentido tradicional (no llevan tripa), son chacinados esenciales en muchas cocinas y un punto de partida para elaboraciones más complejas como el bacon ahumado o la panceta curada. Este punto se centrará en su preparación inicial, que maximiza su sabor y versatilidad.

Preparación:

Selección de la Pieza:

Panceta: Se obtiene del vientre del cerdo. Una buena panceta fresca debe tener un equilibrio entre las capas de carne magra y grasa. La proporción ideal varía según el uso final, pero una buena alternancia de capas es deseable.

Tocino: Se refiere a la capa de grasa subcutánea del cerdo, sin apenas carne. Puede ser el tocino dorsal (lardo) o el de la papada. Su calidad se mide por su blancura y firmeza.

Limpieza y Recorte: Antes de cualquier preparación, es crucial limpiar las piezas. Esto implica:

Eliminación de Excesos: Recortar cualquier parte irregular, glándulas o trozos de carne que no sean uniformes o deseados.

Limpieza de la Piel: Si la pieza viene con la piel, debe revisarse y limpiarse a fondo. En algunos casos, se puede optar por retirarla, especialmente si la panceta se va a usar en cubos o tiras para guisos. Si se mantiene, es importante raspar cualquier pelo residual.

Porcionado: Las piezas grandes de panceta o tocino pueden dividirse en porciones más manejables según el uso:

Bloques para Cubos (Lardones): Ideales para guisos, sofritos, o para fundir y obtener manteca de cerdo (saín).

Tiras para Bacon Casero: Si se planea curar y ahumar posteriormente.

Piezas Enteras: Para asar o brasear directamente, o para una curación más prolongada.

Marinado (Opcional pero Recomendado):

Propósito: El marinado de la panceta o el tocino fresco no es para conservar, sino para infundir sabor antes de su cocción inmediata o de un posterior proceso de curado/ahumado.

Ingredientes Típicos:

Sal: Siempre presente para realzar el sabor.

Pimienta: Negra recién molida, imprescindible.

Ajo: Picado o en pasta, aporta un aroma fundamental.

Hierbas Aromáticas: Tomillo, romero, laurel.

Especias Secas: Pimentón (dulce o ahumado), comino, hinojo, semillas de cilantro, chile en polvo.

Líquidos: Vino blanco, cerveza, sidra, o incluso un poco de vinagre para añadir acidez y complejidad.

Técnica: Frotar la mezcla de especias y sal sobre la superficie de la panceta o tocino, asegurándose de cubrir todos los lados. Si se usan líquidos, se puede sumergir la pieza o rociarla.

Tiempo de Marinado: Generalmente de unas pocas horas a un máximo de 24 horas en refrigeración, para permitir que los sabores penetren sin iniciar un proceso de curación profunda.

Curado Simple (Opcional para Fresco):

Concepto: Aunque el curado completo es el tema del Módulo 4, un curado simple y ligero puede aplicarse a pancetas y tocinos que se van a consumir relativamente pronto o que se prepararán para un ahumado posterior. No busca una larga conservación, sino una mejora del sabor y la textura.

Ingredientes: Sal y, opcionalmente, una pequeña cantidad de nitrito de sodio (sal de cura) si se busca el color rosado y un sabor más cercano al bacon comercial, y azúcar para contrarrestar la salinidad y ayudar en el sabor.

Proceso Básico:

Frotado Seco: Una mezcla de sal (aprox. 20−30 g por kg de carne/grasa), azúcar (5−10 g por kg) y una pequeña cantidad de sal de cura (según la concentración, siguiendo las recomendaciones del fabricante, que suele ser muy baja, alrededor de 0.25% del peso) se frota sobre la pieza.

Refrigeración y Volteado: La pieza se coloca en un recipiente o bolsa, se refrigera por un período corto (ej., 3−7 días, dependiendo del grosor). Se voltea diariamente para asegurar una distribución uniforme del curado y eliminar cualquier líquido liberado.

Enjuague y Secado: Tras el curado, la pieza se enjuaga para eliminar el exceso de sal y especias, y luego se seca a fondo antes de su uso o cocción.

Objetivo: Este curado suave mejora el sabor, la textura y el color de la panceta, preparándola para ser ahumada y convertida en bacon casero, o simplemente para ser cocinada fresca con un perfil de sabor más desarrollado.

Usos y Aplicaciones:

Para Cocinar Inmediatamente:

Panceta: Frita en tiras o cubos para añadir sabor a huevos, sopas, guisos, sofritos (base para carbonara o ragú), o simplemente asada a la parrilla hasta quedar crujiente.

Tocino: Cortado en láminas finas y fundido para extraer su grasa (manteca de cerdo), que es excelente para cocinar. Los chicharrones resultantes son un subproducto delicioso.

Para Ahumar o Curar Posteriormente: Los tocinos y pancetas frescos son la base para elaborar productos más complejos y de mayor valor añadido como:

Bacon Ahumado: Panceta fresca curada y luego ahumada en frío.

Panceta Arrollada (Pancetta Arrotolata) o Plana (Pancetta Tesa): Pancetas frescas que se someten a un proceso de curación y maduración más prolongado, a menudo con especias y hierbas.

La preparación adecuada de la panceta y el tocino frescos es el primer paso para desbloquear su potencial culinario, ya sea para un uso inmediato o como base para productos chacinados de mayor elaboración y complejidad.


TRABAJO PRÁCTICO


A) Imagina que debes preparar un chorizo fresco criollo y una morcilla salada para un evento. Describe las tres diferencias clave en el proceso de elaboración entre ambos, desde la preparación de la mezcla hasta la cocción, y explica por qué cada una de estas diferencias es fundamental para el resultado final y la seguridad del producto.

B) Un nuevo aprendiz en el obrador está confundido sobre la importancia de la proporción grasa-magro en las salchichas frescas y cómo la temperatura de la carne afecta el picado. Explícale por qué es crucial mantener una proporción adecuada de grasa y por qué la carne debe estar extremadamente fría antes de picar para lograr una salchicha de calidad superior.